16 de maig 2010


Y algo me lleva a escribir... algo me lleva a estampar mis palabras contra un teclado con muchos años, y demasiado uso… algo me lleva a sentirme de nuevo con esas ganas de escribir que consideraba desaparecidas, o tal vez solo escondidas, escondidas en el fondo de mis manos, ya que los dedos no se movian delante de las teclas viejas y desgastadas, y es que mientras escucho Ismael Serrano, y mientras leia poemas de un desaparecido Miguel Hernández, mientras me introducia en las mentes de la gente leyendo sus más preciadas palabras escritas en un blog.. Mientras hacia todo esto algo o alguien en mi interior me ha dicho que me apetecía escribir, que me apetecía sacar mis demonios y convertirlos en letras, que miro divertida mientras escribo… y es que con que majestuosidad aparecen las letras..., y es que realmente lo que sucede en tu cabeza no debe ser más que un digno reflejo de lo que sucede en el ordenador, tu piensas mientras pulsas y cuando por fin acabas de introducir la palabra deseada todo cobra sentido…
De verdad hace tiempo perdí mis musas, o mis musos, como queráis llamarlos, pero escribir, pese a que no se me de bien, siempre me ha gustado y siempre me ha hecho sentir bien.
Refugiarme en las letras, y es que mientras escribo pienso, pienso lo desastrosa que puedo llegar a ser… y es que mis ideas están colapsadas como si en un atasco en hora punta en la avenida tarongers se tratara, perdidas en la infinidad de las ideas, pero todas caóticas, desordenadas, y mientras mi cabeza intenta exprimir las pocas que van a contracorriente, y es que a contracorriente no solo es una canción también es una dirección y esa es la que yo intento tomar. Al revés no por ser diferente, si no por no ser conformista, a veces no serlo causa disgustos o reproches, pero solo soy conformista con aquello que realmente me gusta, por lo que he luchado o aquello que veo justo, pero soy una gran inconformista soñadora que lucha por muchas de aquellas cosas que la gente opta por aceptar y es que al fin y al cabo somos todos salmones, y es que ojala de verdad pudiera ser tan inconformista como desearía, pero a veces la propia sociedad me obliga a que no pueda saltar a contracorriente, la sociedad me ata a las redes de los atascos sociales, de las cabezas cuadradas y las ideas planas que no te dejan llegar a donde tu quieres ir, la sociedad te lleva a hundirte o luchar, y pese a que muchas veces me rinda mi corazón siempre opta por luchar para cambiar todas estas prisiones sociales a las que me veo sometida día tras día, a todas esas modas o reflejos de la perfección, y no, no soy perfecta, no tengo medidas 90-60-90 ni mido 1.70 ni peso 55kg. Tampoco me gusta tener que depilarme cada día para quedar adaptada dentro de la sociedad, ni tener que ser femenina, ni reprimir mis gritos de gol o mis conversaciones sobre sexo, me gusta ser yo misma, y pese a que muchas de las cosas que no me gustan las acabo cumpliendo para entrar dentro de los cánones de la sociedad que implican ser una mujer seguiré siendo como soy, en ocasiones poco femenina (o casi siempre..) seguiré gritando gol y enfadándome si el Barça pierde, seguiré hablando de sexo pese a que aquellos que escuchen se repriman porque soy una mujer… y la verdad empecé con la literatura y acabe hablando de cánones de belleza, si es que si, mis ideas están desordenadas…, pero y lo que me gusta que lo estén?
Vamos a ser salmones que naden a contracorriente, aunque nuestro fin no sea ir a desovar al río y morir, sino que nuestro fin consista en cambiar la sociedad.